“El mar cabe dentro de una naranja y un insecto pequeñito puede asombrar a todo el ritmo planetario, donde un caballo tendido lleva una inquietante huella de pie en sus ojos finos fuera de lo mortal”
Artaúd decía que el ser humano vive “como si al nacer apestara y a muerte”. Como si vivir consistiera solo en mirar un futuro de una realidad que nos concierne solo en un estado consciente. Un estado por demás de juicioso y prudente, que no da espacio para vivir la magia de las cosas no tangibles ni coexistir con todo lo que proviene del alma, ahí donde el amor y la esencia están en carne viva. Tanto que a veces arde por demás.
Querer encontrar una razón científica a todo es la propia muerte del funcionamiento real del pensamiento personal. Hay que aniquilar la manía de la cognición dictadora. Perdemos de a poco la capacidad que antes poseíamos para conectarnos con la magia, el sueño, lo maravilloso, la alteridad, la supra realidad. Solo por la sed del poder de la mediación reguladora de la sensatez. Conocer el principio y el final de un todo que paradójicamente, no tiene ni principio ni final. Nada tiene un final en el Universo, todo lo que pasa no es más que un proceso de transmutación. Como un constante reciclaje de energía y vida. Por eso cada historia es un nuevo comienzo. Un nuevo AHORA.
Yo quiero explorar el azar del minuto vivo. De este mismo segundo de mi presente, de mi no realidad futura. El tiempo es el oxigeno que me rodea y respiro, esta ACA. No va a estar más tarde, ni estuvo más temprano.
No quiero pretender ser ALGO para ALGUIEN, sino ser uno mismo para uno mismo.
Saber que a veces no se trata de estática, fidelidad, estabilidad, a veces solo es un poco de amor en el momento indicado y en todas sus formas.
De nada sirve tratar de investigar, hay soltar la cuerda de la ambición de control. Animarse a descarrilar. No refiriéndome a un aspecto físico, sino más bien a una nueva sensación de expansión y plenitud interna.
Se dice que “lo que somos es el resultado de lo que pensamos, esta fundado en nuestros pensamientos y esta echo de nuestros pensamientos”. Bloquear esta realidad no es mas que revestir nuestra verdadera índole.
Lo real suele ocultarse tras una muralla de apariencias. La imaginación es túnel hacia un cielo y una materia que nuestros ojos no pueden advertir de manera inmediata. Estoy en busca de traspasar esos túneles para visitar y expresar una realidad plena.
Hay tanta magia disipada que no se puede ver , por eso me hace tan feliz la gente que aprendió a llevar el fuego en los ojos.
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